La Mediación Familiar es un proceso en el cual una tercera parte neutral, llamada Mediador, ayuda a los miembros de la familia u otras partes involucradas en un conflicto o disputa a comunicarse y negociar para llegar a un acuerdo mutuamente aceptable.
La función del Mediador no es tomar decisiones, que competen a las partes implicadas, sino la de facilitar el proceso de comunicación y negociación para ayudar a las partes a tomar estas decisiones y llegar a una resolución por sí mismas.
En el caso específico de las disputas por herencias, la Mediación Familiar aporta un espacio de diálogo y reflexión que permite:
- La intervención del Mediador propiciando el acercamiento y el diálogo no confrontado.
- Que cada miembro de la familia de a conocer sus preocupaciones y necesidades y pueda conocer el punto de vista y planteamientos de los otros
- Respetar el momento evolutivo del grupo familiar
- Facilitar la gestión de las emociones con perdurabilidad en el bienestar familiar
- La Voluntariedad en las decisiones participadas fruto del trabajo conjunto para encontrar una solución justa y aceptable para todos
Adicionalmente, la Mediación Familiar, en términos generales y especialmente en los conflictos de herencia:
- Acorta sensiblemente los plazos evitando acudir a largos procesos judiciales.
- Reduce de manera significativa los gastos eliminando costes procesales.
- Implica mucho menos desgaste emocional para las partes que ir a juicio.
Marien Carrillo Canales
Abogada, Mediadora Familiar, Perito Judicial